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Entrevista Completa con Elsa Yranzo, Food Designer

Te dejamos con la entrevista completa de nuestra nueva invitada, Elsa Yranzo, en Comestibles el Podcast de Too Good To Go. Descubre todo lo que nos ha contado Elsa sobre Food Design en este nuevo episodio leyendo la entrevista completa.

Por si aún no lo has visto, te dejamos con el episodio del vídeo-podcast completo en nuestro canal de Youtube o, si lo prefieres, puedes escucharlo en las plataformas de Spotify, iTunes e iVoox.

A continuación te dejamos con la entrevista completa:

"Bienvenidos a Comestibles, el podcast de referencia sobre consumo sostenible.
Estamos, como sabéis, grabando esta segunda temporada y hoy tenemos un capítulo súper interesante! Hoy tenemos a Elsa Yranzo con nosotros."

¡Bienvenida, Elsa! 

Muchas gracias

Para presentarla, Elsa se define como Food Designer y compagina la dirección de su propio estudio con la docencia. Es colaboradora en diferentes universidades de gastronomía y de diseño, en Barcelona. Ayuda a empresas a través del arte para contar historias a través de la comida. Elsa, cuéntanos un poco un poco más sobre ti. ¿Qué significa eso de ser Food Designer y qué has hecho en estos últimos años?

¡Venga! Pues soy Elsa, dirijo mi propio estudio en Barcelona de Food Design y nuestro objetivo es crear nuevas conexiones entre la comida, la gente… a través del arte, la belleza, el diseño… siempre a través de instalaciones artísticas y sensoriales.

¿Nuestros clientes? Un sinfín! Desde marcas, empresas, festivales, museos, instituciones… Al final lo que hacemos -o me siento muy cómoda- es explicar historias y valores a través de la comida.

Me di cuenta -yo creo que incluso en la universidad que ya hice como algún proyecto- de que los alimentos en sí tienen unos colores, unas texturas, unas historias antropológicas, históricas, un simbolismo... que me ayudaban a explicar cosas.
También recuerdo en la universidad, que esto es quizás también interesante, que en esta nueva generación de diseñadores, no nos enseñaron solo a diseñar algo que tenga una función y una forma, nos enseñaron también a diseñar ideas, conceptos, cosas más intangibles.
Así que hice un mix. Puse la coctelera todo estos conceptos: de diseñar algo que puede ser una ideología o un ritual, no? La palabra ritual siempre me ha encantado.
También utilizar los alimentos como material tangible. El momento de la mesa, que me parece brutal cuántas cosas suceden en una mesa, en el que todos estamos en un momento muy relajado. Vi también que era un momento esencial para comunicar cosas. 

O sea, realmente a nosotros nos surgía también la duda de ¿cómo llega Elsa a convertirse en una Food Designer? En parte creo que lo estás explicando: quizás en ese momento de la carrera, que estudias diseño y tal. Pero ¿en qué momento empiezas a ver el valor real de la comida, de los productos, para dedicarte a ello?

Pues me di cuenta (y espero que estés de acuerdo conmigo) de que la comida ahora y más donde vivimos, en nuestro contexto como privilegiados, que la comida son unos elementos que ingerimos y que nos nutren a nivel de nuestro metabolismo, pero también nos aportan y nos nutren a otros niveles, no? Es placer, es emoción… es muchísimos verbos que no solo es nutrir a nuestro estómago. Y eso me parece también súper interesante. Siempre digo “hay que nutrir mentes, no solo estómagos”.

¡Me parece increíble! Solo para incidir un poco más, ¿crees que es en ese momento inicial de la Universidad donde empiezas? No venía nada de antes, de su infancia? O es en este momento en el que empiezas a estudiar, que te das cuenta? Porque me parece fascinante realmente cómo combinar ambas cosas.

Pues no lo sé y si ha sido así no he sido consciente. Yo sé que de pequeña ya me gustaba mucho ir a restaurantes. No sé, recuerdo que mi madre me decía siempre que había en Barcelona un restaurante que fue el primero en hacer el buffet libre, que hasta entonces era como ¡uau! Y a mi me encantaba.
En los restaurantes siempre me ha gustado ver los materiales, cómo te trataba la gente… Bueno y de ahí hice diseño de interiores y sí que especialicé en cocinas, o sea que ahí seguramente es el primer pasito. Y de ahí La verdad es que es una manera muy natural y muy fluida. 

Food Design: lo has contado un poco pero si tenemos que ponerle una definición para aquellos que nos estén viendo o escuchando: ¿cómo definiríamos este concepto?

Pues food Design es eso: Food y Design, 50/50. Y para mí es una nueva disciplina de diseño transversal, multidisciplinar, holística… es cualquier diseño individual o colectivo que sirve para mejorar la relación que tenemos con los alimentos durante toda la cadena alimentaria.

Desde que se cultiva el alimento, o sea desde el campo, hasta su distribución, se empaquetado, su consumo, todos los rituales, cómo se comparte… incluso ahora cómo reaprovechamos los residuos para convertirlos en otra cosa. En toda la red alimentaria imaginaros el papel del diseño, cómo puede incidir para mejorar la relación que mantenemos con la alimentación.

Es que es un tema muy paraguas. Para mí es como hablar de sostenibilidad. Para mí Food Design, en el tiempo en que vivimos implica todo. Y más ahora que todos nos hemos comprometido a crear esta nueva sociedad. este nuevo paradigma, esta nueva manera de pensar, de consumir, de alimentarnos… yo creo que ahora es el momento de que Food Design lo empecemos a normalizar ya que todo el mundo desde nuestras casa puede hacer Food Design. Es hacer un pequeño click. 

Y cuéntanos un poco cómo conviertes esta idea tan bonita sobre el Food Design en una realidad para poder vivir de ello. Porque entiendo que has tenido también por el camino que concienciar que efectivamente esto tenía sentido, como forma de comunicar.

Mira, la verdad es que empecé con los primeros clientes que sí que eran más empresas. Realmente lo que les importa más es esta parte bonita y estética, no? El “¡qué bonito!
Y poco a poco yo me sentía vacía haciendo solo cosas bonitas.
Lo que empecé a hacer, es que en la parte de conceptualización para llegar a que esa mesa tenía que ser azul, de madera y medir X, había un para qué detrás. Y con ese para qué había una parte muy pesada y muy reflexiva.

En todos proyectos -bueno, a algunas marcas no les ha interesado- pero en todos hay siempre detrás una parte reflexiva en la que te hablo del desperdicio alimentario, de nuevas maneras de consumir, del plástico, del agua… siempre hay una parte didáctica y esa es la parte que me hace sentir bien y que creo que le va le da valor a mi trabajo.Así que, volviendo a tu pregunta, empecé un poco desde el cliente solo querer algo bonito a bueno, “te voy a hacer algo bonito, pero con valor y con un para qué potente”

Claro, que tenga una historia, ¿no? ¡Un propósito!
Has dicho un par de palabras clave en las que me gustaría incidir un poco más: belleza y estética. ¿Qué es la belleza en los alimentos? ¿Qué es la estética? ¿Qué opina la gente? Háblanos de ello.

Mira creo que me he reconciliado este año con el tema de la belleza. Porque siempre lo tenía en mi discurso y en algunos momentos yo misma decía “no sé si esto puede parecer muy superficial o muy banal” pero es que la belleza para mí es esencial en el mundo en el que vivimos. No sé si estaréis de acuerdo. La belleza en todo.

Sí, o sea es verdad lo que pasa es que creo que también hay que puntualizar lo que entiende cada uno por belleza. Este debate lo tuvimos hace un año y pico en una conversación -no sé si te acuerdas, Oriol- hablando de la fruta fea. Al final se la considera fruta fea pero: ¿Qué es feo y que es bonito? Al final no es más que una percepción de lo que tenemos cada uno y sería casi más “diferente”. No decir feo porque puede que esa no sea exactamente la palabra.

Concepción... o lo que nos ha hecho creer este Ente, quien sea que nos ha dicho, que nos ha marcado estos cánones estéticos de que lo que es feo y no es tan feo y esto es muy feo.

Eso es. Al final, la zanahoria naranja perfecta o la zanahoria que da vueltas, que tiene dos patas… ¿Cuál es bonita o cuál tiene belleza y cuál no? Realmente es algo que tiene mucho que ver.

Sí, Oriol, o incluso igual hay que dejar de utilizar el concepto de belleza cuando hablamos de alimentos. Es igual que no lo usamos habitualmente cuando hablamos de personas salvo que estuviéramos hablando de modelos, porque queda como feo -valga la redundancia en la palabra- el hecho de tratar a una persona mejor o peor si es guapa o es fea. Pues pasa un poco con el tema de los de los alimentos que igual ni siquiera hay que catalogarlos, simplemente habría que enfocarnos más en los nutrientes que nos van a aportar o ese valor como tal que tiene el propio alimento.

Totalmente, totalmente. Elsa, ¿Qué crees qué opina la población en general, la sociedad sobre la belleza de los alimentos?

Bueno lo vemos claramente en los supermercados cuando entras y ves todas aquellas naranjas bien puestas, maquilladas, perfectas, brillantes, todas iguales… Yo creo que nos han hecho creer que ese producto es el bueno y que la gente tiene como mal entendido eso de voy a buscar la naranja más redonda o la zanahoria más perfecta que no tenga cicatrices, que no tenga raíces casi, que brille… Bueno, a mi parecer es antinatural. Antinatural total.

Pues yo creo que es buen momento para que le enseñamos a Elsa un vídeo. Porque hemos salido a la calle y hemos querido preguntar a la gente en general qué opinaba de la belleza en los alimentos. 

  1. Me gustaría que me dijeras qué crees que le pasa a esta fruta y esta verdura.
    - Tiene una forma rara, no? Es como más grande.
    - ¡No son naturales! Un tomate es un tomate, no tiene veinte tomates.
    - No sé si es que está muy doblado.. y la zanahoria está un poco rizada. Luego las berenjenas las veo normalita
    s.

  2. Imagina que vas a un supermercado y te encuentras fruta y verdura con esta forma peculiar. ¿La comprarías o preferirías comprar una con forma más regular?
    - Yo, desde luego buscaría una con forma más normal, la de toda la vida.
    - Regular, porque estas parece que tienen como muchos químicos. Tendrán algún producto para hacer que sean más grandes
    - Yo sí la cogería, no me importa. Yo tengo familia que vive de esto y trae frutas y vienen distintas. Raras, a lo mejor dos pegadas, gordas...
    - A ver, que no sean perfectas, porque también demasiado escogidas y tal… Pero la fruta tiene que ser como sale del árbol. Eso normalmente son así raras porque lleva algún tratamiento transgénico o alguna cosa de ese tipo..


  3. ¿Sabes cuántas toneladas y verduras se desperdician en Europa al año solo porque no cumplen estándares estéticos como estos?
    - No...
    50 millones de toneladas se desprecian cada año en Europa solo porque hay fruta y verdura que sale del campo natural, con este tipo de forma, pero como no cumple los criterios estéticos a los que estamos acostumbrados de forma, de tamaño... se desperdician.
    - Ya.. lo desperdician porque no le va a gustar a la gente. Deberían haber informado mejor a la gente porque sí que se informó de que los transgénicos eran horribles…
    - ¡Pero si da lo mismo! Que esté doblado, que esté derecho... ¡Es un pimiento!
    - Pues ahora voy a comprar frutas con formas raras!


Pues es curioso ¿verdad, Elsa? Sobre todo sorprende mucho saber que con diferentes edades y tipo de gente lo que dicen sobre todo es que hay falta de conocimiento.

Al final lo interpretan es que es por una cuestión de químicos y transgénicos. Hablan de que la fruta que prefieren es la fruta “normal”. Es sorprendente ¿verdad?

Sí, lo que me ha sorprendido es que la gente más mayor tendría que ser más consciente, no? Quizás a un niño sí que le cueste más, porque le han educado y lo que ha vivido hasta ahora es que los tomates tienen que ser perfectos. O sea, intuiría que un niño utilizara estos términos de lo que es o no es normal, antes que no gente más mayor. No sé, eso me ha sorprendido. Y lo de “normal” ya… me parece increíble.

¿Cuál crees que es el problema, entre comillas, por qué crees que hemos llegado hasta aquí? Crees que es un problema de concienciación de información…

De educación, quizás. 

¿Cómo crees que el Food Design puede ayudar a ello?

Pues desde bien pequeños supongo que también educarlos: de dónde vienen las naranjas, cómo son las naranjas, cómo son realmente las zanahorias... y explicarles ya sobre este problema. Que los niños ya sepan que hay un supermercado que le dice a un payés que una zanahoria debe hacer 15 cm y que si no hace 15 cm no la quiere. ¡¿Es que es fuerte, eh?!

Totalmente. Nosotros realmente desde Too Good To Go trabajamos a veces con escuelas, hemos hecho talleres infantiles en verano. Nos damos cuenta de que efectivamente los niños una vez les explicas las cosas, luego son los primeros que quieren cambiar hábitos porque lo entienden enseguida. Con lo cual yo creo que se trata de eso, de educar, informar… y así ir cambiando las cosas.

También es verdad que si lo piensas hay ciertas generaciones de niños y jóvenes que no son conscientes de dónde vienen los alimentos. Preguntas a un niño pequeño e igual te dice que la comida viene del supermercado.
Por lo tanto igual también es acercarles un poco más a esa parte de la producción y también explicarles que no deja de ser pues un ser vivo, como un animal o como nosotros, que tenemos todos nuestras diferencias.
Pero efectivamente, lo que tu decías: esas dos personas que ya eran un poco más mayores y hablaban de la fruta normal, la de toda la vida. Y dices “¡Ostras! ¿De verdad lo que tú recuerdas de toda la vida es así?” 
Porque luego sin embargo estaba esta otra señora que decía “No, yo tengo familia en el campo y esto es diferente”.

Sí, es que también han dicho que los que tenían formas un poco más extrañas es que llevan transgénicos.

Totalmente, lo vemos como deforme, ¡mutante!

No sé yo siempre digo que la educación es esencial pero luego, por ejemplo, esto que estamos haciendo aquí o las pequeñas cápsulas que doy o las charlas que puedo dar… Eso ya es una gran labor. Que te escuche alguien y que ese alguien cuando llegue a su casa lo comenté con su familia, su pareja, sus hijos… Ir haciendo esto y empezar a cambiar las cosas desde uno mismo, con pequeños gestos.

Mira, yo recuerdo que fui a una charla de Sonia Barba y también alguien le preguntó: “
¿Qué podemos hacer?" Ella dijo que era tan simple como, por ejemplo, ir al supermercado y decirle a la persona de la frutería “¿No tiene usted berenjenas con nariz?
Porque normalmente, dentro de la cadena alimentaria que ya van filtrando, van tirando y desechando los alimentos que tienen esas formas más naturales, pues en algún momento alguien tiene que preguntarlo porque seguramente lo habrá filtrado y lo tendrá para tirar.

¡O para el pack de Too Good To Go! Que muchas veces esos alimentos acaban en el pack.

¡Exacto! Pues es empezar con esas pequeñas cosas.

Yo también soy de cuando voy al supermercado y sé que hoy mismo voy a comer esa berenjena y tienen esa zona de outlet, pues cogerlo de ahí. Son cosas que tampoco nos cuesta nada y que a nivel individual pues cuantos más seamos…

Exacto, marca la diferencia. Y es algo, de hecho, que también queríamos comentar contigo, saber cuál era tu misión en esto.
Sabemos que te dedicas a la docencia y veíamos hay un punto en común entre tu labor y la nuestra por el hecho de que nosotros desde nuestra parte lo que tratamos de inspirar a la sociedad para que cambie, como tú dices: este pack que salva cada uno puede tener de verdad mucho poder. Vas a llegar a tu casa, lo va a ver tu madre o tu abuelo o quien sea y ahí vas a poder transmitir el mensaje.
Entonces: ¿Cuál es un poco tu misión o como esperas que esto se convierta en algo un poco más masivo a nivel de concienciación?

Si queréis aquí enlazo ya con el proyecto de Imperfecta Belleza porque un poco a va por eso. El proyecto surge de una necesidad. Imaginaros, esto empezó hace 5 años, que quizás el tema del despilfarro alimentario no era tan mediático como ahora.
Sí que escuchabas pero...

Sí, es verdad, no se hablaba tanto.

Exacto, a la gente le hablabas de las tantas toneladas que se tiraban por ser alimentos feos y la gente decía: “¿Qué me estás diciendo?

Pues yo recuerdo que toda la información que nos llegaba nos venía mucho desde la culpabilidad. Es decir, tantas toneladas se tiraban y ya te metían a ti la culpa “¡Tú eres el culpable! ”.
Y con Marina Senabre, qué es con la socia con la que hice el proyecto pensamos que tenía que haber otras maneras de comunicar y otras maneras de concienciar, no desde la culpabilidad. Desde el arte, desde la belleza… el mensaje es el mismo, no nos hemos inventado nada. Simplemente que no es lo mismo leer. “Ostras vamos fatal, el mundo se va al garete y los hacen muy mal” que el hecho de que vayas a una exposición y te cuenten lo mismo pero de otra forma.

De una forma positiva.

Sí, y de ahí surgió el concepto: una trilogía donde explicamos tres problemas socio-medioambientales explicados de una manera artística y bella.

Bueno, para aquellos que nos estéis escuchando, Elsa nos ha traído aquí los tres libros de estos capítulos sobre Imperfecta Belleza, cada uno sobre un tema. Me parece muy interesante. Sobre todo -y lo intentamos hacer en Too Good To Go- al final puedes empoderar de una forma positiva. No siempre a través de la culpa o del “todo va a ir muy mal”. El vaso obviamente puede estar medio lleno o medio vacío y creo que se trata también de verlo positivamente.

E incluso también explicándolo así yo creo que también llegas a más gente.
Al menos nosotras pensamos que las dos nos movemos dentro del mundo del diseño y la creatividad y a nosotras mismas, vivido en mis propias carnes pienso “¿Qué me va que me va a inspirar más: me va a llegar un mensaje escrito así o viéndolo de una manera más visual, con un mensaje más holístico?" Pues dijimos, vamos a incidir en esto y vamos a crear estos eventos para esta gente que más o menos vive, siente y se comunica como nosotras. Vamos a empatizar y vamos a ese colectivo en concreto.

Y fueron tres eventos, los tres súper diferentes en conceptos: uno fue más un concepto cena donde, donde sí que hubo una parte más de diálogo donde hablamos y debatimos sobre qué es la belleza (si es perfecta, imperfecta, es natural, es artificial…). Una cena donde éramos unas 40 personas y cocinamos comida que realmente se iba a tirar por ser fea con un chef. Lo vivimos y realmente al final salieron platos súper bonitos.

En la segunda -que es mi preferida- lo que hicimos fue escoger el tema paraguas de la piel. Hicimos una sesión fotográfica de lo que serían las imperfecciones de frutas y verduras; dícese después manchas, cicatrices, protuberancias... y nos hicimos una sesión de fotografías con toda la gente que colaboramos: Marina, yo, la chef y más chicas… y nos fotografiamos las “imperfecciones” que podemos tener en el cuerpo humano:canas, pecas, barriga, cicatrices... y montamos unos diálogos entre pieles. Cómo dialogaban las imperfecciones de la fruta y la verdura con nuestras imperfecciones.

Era una manera muy visual, eran fotografías en gran formato donde veías las dos cicatrices de lado. Pero a la vez que hicimos que pudieras tocar las imperfecciones de frutas y verduras, porque montamos muchos sets donde podías tocarlos y te los podías comer, diseñamos unas tapas. Por ejemplo había una que se llama pliegues, que era una acelga con pliegues, puesta al lado una barriga con pliegues y luego había la tapa de pliegues para comérsela. Y salieron fotografías de Ampi Aristu maravillosas.

Y mira, fue muy curioso porque en el evento, que fue en un espacio en Barcelona, proyectábamos también en gran formato una espalda con pecas y luego le quitamos las pecas. Y era: con pecas, sin pecas, con pecas, sin pecas… y la gente nos decía, a parte que les gustaba más y veían más natural la de las pecas, era como raro ver la de sin pecas.
E hicimos lo mismo con un pecho: con estrías, sin estrías, con estrías, sin estrías... y la gente misma decía “¡con estrías!”.

Y al final también decimos que esta es la parte romántica y más poética, que a mí también me gusta mucho de Imperfecta Belleza, que este maravilloso órgano que nos envuelve al final es el narrador de nuestra historia. Es el ADN, nos cuenta qué y cómo hemos vivido, esas cicatrices tienen unas historias, tienen un valor. E intento pensar que en frutas y verduras es lo mismo.

Cien por cien. Y me parece una relación perfecta. Y es lo que dices, que es así es como consigues realmente que la gente reaccione, cuando ve esas similitudes. 

Está zanahoria ahí con vueltas quizás es por el tipo de tierra que tuvo o cómo se cultivó, si llovió más o menos…
Sí, y además es que incluso creo que la gente se plantea esto que hemos visto, no? Químicos o transgénicos… las personas no se plantean “Oye, ¿por qué puede estar así?”. Realmente hay un montón de factores por los que puede ser y justamente los alimentos más naturales, o sea, los que menos cosas tienen son los que salen después así.
Pero bueno, estamos acostumbrados a eso y es un poco lo que hay que cambiar.

Quería preguntarte: nos has dicho al principio que trabajas con un sinfín de empresas en proyectos muy distintos y quizás nos puedes contar alguno de los proyectos que has llevado a cabo y qué pretendías conseguir con ellos.

Pues mira os voy a explicar el proyecto que hice con Iberia para el Madrid Design Festival y me apetece mucho contarlo porque yo creo que voy a tirar más por ahí. El concepto es claro: utilizar los alimentos como materiales de comunicación, sin dar de comer a nadie.
Es una obra artística hecha con comida.

¿Qué tenía como reto? Muchas de las compañías aéreas este año tienen el reto de reducir el peso de las alturas a través de los materiales del mismo avión, de cómo comemos… éramos cinco diseñadores y yo tenía que hacer una instalación para hacer reflexionar a la gente sobre cómo reducir el peso en cabina de la alimentación.

Una parte que me gusta mucho de mi trabajo es esta parte de investigación, de leer y de conectar cosas, esto con lo otro… y leí un artículo que explicaba que ha ciento-no-sé-cuantos metros de altura perdemos un 20% de la percepción de sal. Así que imaginaros: están volando en el cielo toneladas de sal que no son percibidas por nadie.
Es un dato, pero a mí me hizo reflexionar muchísimo. Pues cogí 65 kg de sal e hice una relación de cuántos vuelos hace Iberia, con cuántos pasajeros, cuánta sal necesita cada comida restándole un 20%... total, era una manera muy visual para que viendo todas esas toneladas de sal pues hicieras tus cálculos de este absurdo que vuela por los aires en peso y en volumen. Es que... ¡es impresionante!

¡Ostras! Yo lo que he oído, y creo que debe tener relación, es que uno de los sitios donde se toma más zumo de tomate es en los aviones, porque realmente la gente necesita sabores más fuertes. Y probablemente sea por esa pérdida de sabor de sal, ese 20%. Curioso.

Yo tengo entendido que también le ponen tantas especias para compensarlo. Objetivos: pues estoy convencida de que algún cocinero que haya pasado por ahí y se lo haya leído y lo haya interiorizado pues quizás va a empezar a mover cosas. Al mismo Iberia, que seguramente esto lo sabía, pues quizás empiezan a hacer cambios.

Sí, desde luego, es adaptarse.

Y justamente cuando estabas hablando del tema del peso yo he pensado que había algo que tenemos que comentar 100% y es el tema de todos esos productos que se desperdician ahí. Al final eso es peso que está ahí en el aire y que encima no va a tener ningún otro fin.

Ahí también yo creo que hay una parte de concienciación y pues quizás otro tipo de cantidades o incluso no poder tener más previsto el menú a la hora de comprar el vuelo... no lo sé. Hay muchos casos, pero efectivamente se puede hacer mucho más.
Incluso nosotros hemos vivido como aerolíneas o empresas de catering de aviones recurren a nosotros porque tienen una barbaridad de alimentos excelentes que no saben qué hacer con ellos porque producen y producen y luego realmente no lo tienen tan tan bien unido a la estimación de pasajeros que va a haber.

Y, Elsa, nos surgía la duda de qué pasa con esa comida que utilizas para tus trabajos, para tus proyectos. Ya sabes que a nosotros nos encanta aprovecharlo todo y nos quedamos con esa curiosidad de saber cómo lo reaprovechas o ¿qué haces con ello?

O no hay residuos, o siempre lo reaprovecho. Os hago un ejemplo, mira: en el último proyecto que voy a hacer ahora voy a trabajar con azúcar y voy a trabajar con muchos kilos de azúcar. Antes de haber acabado ni tener muy claro qué voy a hacer, ya, lo primero que he hecho es preguntarme qué va a pasar con esos 50 o 60 kilos de azúcar.

O sea que es economía circular 100%, no?

Sí, ya he hecho esa llamada a diferentes diseñadores compis de Barcelona para decirles que a finales de septiembre voy a disponer de ese material así que empiecen estas vacaciones a inspirarse a ver qué podemos hacer. Nos han surgido ya ideas desde hacer nueva sillas a bueno convertirlo... darle una vuelta.

Podemos decir, Marta, que Elsa es una waste warrior.
¡Sin ninguna duda! Nos preocupa eso: hay que concienciar pero siempre de una forma circular y que cale de verdad el mensaje, que no sea pura superficie, como decíamos antes.

No sé si sabes lo que es un waste warrior, entiendo que más o menos te haces una idea. Pero llamamos así a toda esa gente comprometida con la lucha contra el desperdicio de alimentos que nos rodea: a nuestros colaboradores, usuarios, en general a las empresas, a ti misma que estás aquí hoy con nosotros… Y siempre les preguntamos a nuestros waste warriors qué les gustaría preguntar a nuestros invitados., y tenemos tres preguntas.

Voy a por la primera pregunta #WasteWarrior

  • Cuando no estás combatiendo el desperdicio de alimentos tu pasión es…
    - Uy, yo soy muy romántica, ¿eh?
    - Bien, fenomenal!
    - Cambiar personas para cambiar el mundo. Y el despilfarro alimentario es una pizquita.

  • Tu mayor desastre en la cocina ha sido…
    - Os diré un secreto: yo cocinar, poco.
    - ¡No me lo puedo creer! Mira que al final la creatividad está muy vinculada…
    - Sí, y me gusta conversar con cocineros, me gusta todo el ritual que conlleva cocinar, pero aún no he tenido la llamada de ponerme a una cocina y desarrollar mis dotes culinarios. Y ya ligado a tu pregunta: quizás mi mayor desastre es el de no haber escuchado demasiado o no haber aprendido más de abuelas y madres a la hora de cocinar. Con abuelas ya no estoy a tiempo pero con Madre estoy a tiempo aún.
    - Nunca es tarde. O sea que no podemos confesar de momento ningún desastre porque realmente no ha habido…
    -¡Tiene solución aún!

  • Si solo pudieras tomar una comida para el resto de tu vida ¿cuál sería?
    -La paella de casa padres. Clarísimo, paella de los domingos de padre y madre, que es un ritual que hacen los dos e ingiero energías de padre y madre.

Y me gusta que acabes con esa palabra porque lo has dicho al principio: ritual. Creo que muchas veces la comida y ese momento disfrutar, se trata de un ritual.

Totalmente, y cocinar es magia, alquimia, pura creatividad.

Lo es, desde luego. Además creo que el tema de la paella es compartido con mucha gente que nos escucha. Y también es un acto un poco de creatividad: poner ahí todos los ingredientes y que tenga sentido de repente. 

Sí, ¡cada paella es diferente!

Y una receta de aprovechamiento, también.

¡Totalmente!

Pues muchas gracias, Elsa, por venir a Comestibles y por esta conversación tan interesante y por ser una waste warrior más en esta tarea de concienciación.

Hasta aquí el episodio de hoy, esperamos que os haya gustado.
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¡Hasta pronto!

¿Tienes hambre de más?